jueves, 27 de junio de 2013

La Super Luna

La Super Luna
El pasado 23 de junio, la Luna impactó a los que escucharon noticias astronómicas sobre ella. Estas decían:
Atención, hoy podrá verse la SuperLuna,
¡Gratis!
Gran espectáculo en el cielo
Apto para todo público
En efecto, el domingo pudo verse una Luna imponente en el cielo. Estaba en su fase llena por lo que reflejó luz solar con gran estrépito sobre el horizonte. La miré desde una vereda de Mendoza, con unos sobrinos, sus vecinos y otros paseantes desprevenidos. Todos disfrutamos del fenómeno, exclamamos con alegría y charlamos sobre los accidentes y diversas tonalidades de su cara.
Luna es el astro más amable del cielo después del sol, quien nos da la vida. En próxima nota hablaré del modo en que lo hace, tema apasionante, asimismo. Pero volvamos a la SuperLuna.
Superluna implica que algo especial sucede, no siempre tenemos una. De hecho, este término no existe en astronomía. En ciencia se le dice Luna del perigeo. Perigeo quiere decir cerca de la Tierra, el punto más cercano de la órbita lunar a la Tierra. En contraposición, existe el apogeo, el punto más lejano de la órbita a la Tierra.
Así, la Luna llena puede verse en su punto más cercano a la Tierra, el perigeo, y en otras ocasiones puede verse en el punto más lejano a la Tierra, el apogeo.
         En la figura de abajo puede verse un ejemplo de lo que sucede en el cielo: si la Tierra es el punto interno, Luna puede ocupar, ora el punto más cercano, ora el punto más lejano de su órbita celeste.
         Esto, que la órbita o camino que la Luna recorre en el cielo no sea un círculo sino una elipse es lo que causa que algunas noches pueda verse a la Luna más cerca que otras, en que se halle situada más lejos. Por supuesto, si el astro está más cerca se verá más grande, más luminoso ¡más super!
Por el contrario, cuando la Luna transite el punto lejano de la elipse, el apogeo, habrá una noche en que la Luna se verá más pequeña que nunca.
¿Será entonces una miniLuna, una microLuna, una infraLuna? 

¿Por qué dije al principio que disfrutaron de una superLuna aquellos que escucharon las noticias previas? Pues, porque la diferencia de una mini Luna a una Super Luna no es apreciable a ojo desnudo, a simple vista.
La diferencia se confirma con instrumentos de medida o con cámaras fotográficas. Si tomo una foto de la super Luna y la comparo con una foto de la mini Luna entonces me doy cuenta de la diferencia. Pero a ojo limpio no es apreciable y uno la disfruta tan solo por bella, querida y luminosa. 

Los antiguos pudieron medir el tamaño aparente de las diversas Lunas llenas y supieron hace milenios que ella no se movía sobre una órbita circular, sino elíptica. Es notable lo mucho que supo el hombre con mínimas herramientas.

¿Quieres medir el tamaño de la Luna? Es muy sencillo: toma un clip y átalo con cinta scotch a una varilla o regla; apunta a los bordes de la luna llena, que quede ella dentro del clip. Cuando lo hayas logrado, mide la distancia a que el clip ha quedado de tu ojo. El tamaño de la Luna surge de la siguiente igualdad: Ө/ d = x/ D, es decir, el diámetro de la Luna será igual a el diámetro del clip, multiplicado por la distancia Tierra Luna, dividido por la distancia del clip al ojo*.

*¡Ojo, ojo con las unidades!
En la figura: 1 apogeo, 2 perigeo, 3 foco ocupado por Tierra.

miércoles, 5 de junio de 2013

Solo vemos el pasado.

Nuestro Sol es una estrella. ¿Significa esto que cada estrella que vemos en las noches sea un Sol? Por supuesto. Las estrellas son soles lejanos que arbitran la suerte de millones de otras Tierras allá en lo alto.
La distancia a ellas es lo que condiciona su tamaño aparente, causa que las veamos como puntos de luz siendo ellas inmensas. De hecho, al Sol lo vemos como a una moneda en lo largo del brazo y su tamaño real es inconcebible. Estamos a 150 millones de kilómetros de él. De la Próxima -y así llamada- dormimos a 40 billones de kilómetros.
Estos números no dicen nada sin embargo. ¿Qué son 150 millones o 40 billones de kilómetros? ¿Cómo hacernos una idea de tal magnitud?

En astronomía se usan tres unidades para medir distancia según sea el caso. La unidad astronómica (UA), el año luz (AL) y el pársec (pc).
La unidad astronómica es la media Tierra-Sol, se usa en el Sistema solar y equivale a 150 millones de km.
El Año Luz es la distancia que recorre un rayo de luz en el vacío durante todo un año, se usa para medir distancias a las estrellas. Equivale a 300.000 km x 60´´ x 60´ x 24hs x 365ds. Es decir: Nueve y medio billones de kilómetros.
El pársec es la distancia desde la cual la órbita terrestre se ve como un segundo de arco, se usa para distancias mayores y lo veremos más adelante.
Voyage, voyage.
Si por alguna magia pudiéramos viajar en una nave a velocidad luz, demoraríamos lo que sigue para llegar a los centros vacacionales que abajo detallo:
Un finde en Luna: 1,25 ´´ (seg).
Ir a por las Doradas Manzanas del Sol: 8´(minutos).
Conocer los volcanes de Io, quién da vueltas a Júpiter: 45´.
Salir de paseo fuera del Sistema Solar: 1 año.
Ir a por un recuerdo tallado cerca de Próxima kentauro: 4,5 años.




Esto parece incluso razonable. Veamos las propuestas más audaces:
25 mil años, al centro de La Vía Láctea.
150 mil años para bañarse en las playas de otra galaxia, una muy cercana.
12 millones de años para llegar a las hermosas nubes de polvo en los brazos de la galaxia del Sombrero o la Moneda de Plata, galaxias fáciles en nuestros telescopios y binoculares, asequibles a los ojos de cualquiera que sepa buscarlas.
Hay una opción mayor para este tour, lo máximo que alguien pueda  ofrecer: Trece mil millones de años para llegar al momento en que el Big Bang se hizo visible.

Delay y perspectivas.
Habrán notado que en el Universo las cosas no son como en casa. Moni me habla y luego dice que no le presto atención, que no le escucho y la tengo a medio metro de mi oído afortunado. Si se concreta el reality marciano que a poco se anunciara, hablar con los colonos nos llevaría en el mejor de los casos, cuando tierra y Marte coincidan en su órbita, ocho minutos para una frase y su respuesta. Nueve años para hablar con alguien en un planeta de Próxima. Veinte millones de años para dialogar con Seres Luminosos en la galaxia del Sombrero (M104).

En una palabra, los astrónomos miramos el pasado.

Esta perspectiva siempre me sedujo. Mi padre me la hizo ver hace tiempo. Me dijo: Sergio, cuando la luz de esa galaxia salió hacia vos, no había hombres sobre la Tierra.
Así, el día que podamos leer los mensajes de esas gentes escondidos en tanta luz lejana, estaremos oyendo una charla que no fue hecha para nosotros. Faltaban diez millones de años para que naciéramos como especie cuando fueron emitidos.