martes, 20 de noviembre de 2012

La estrella de Belén y los tres reyes magos

 

La estrella de Belén y los Reyes Magos

José vive en Belén y María está encinta. La época es dura, no hay quién los aloje. José refugia a su familia en un establo y sucede el parto. Nace Jesús y se acercan unos vecinos, pobres también. Pronto, todos se sorprenden. Llegan al pesebre tres hombres bien vestidos. Son los Reyes de Oriente, los que hoy llamamos Reyes magos. Llegan con unos pocos regalos que no sirven para nada y exclaman: Encontramos el lugar siguiendo una estrella, una estrella nos trajo hasta acá.

Vaya historia, una estrella guió a los reyes hasta el hijo de Dios. El relato bíblico tiene un contenido astronómico. Los tres Reyes representan a las estrellas llamadas Las Tres Marías o el cinturón de Orión, visible en esta época en lo alto de la noche. Es muy posible que la estrella guía de verdad haya existido. Esa estrella, la estrella de Belén, fue un cometa.

Los cometas son cuerpos que se formaron junto con el sistema solar, hace unos 4.500 millones de años; desde entonces aguardan el anunciamiento de la gravedad para soltarse de su lejana morada y lanzarse a la carrera sobre su madre, el sol. Cometa viene de coma o cabellera. Sucede qué, cuando dicho astro se acerca al sol, la energía de este lo calienta y lo desarma en pequeños fragmentos que, impulsados hacia atrás, forman su cabellera de luz y una o dos colas. Es decir, forman belleza.

Por una característica de nuestro universo, siempre que un cuerpo tira de otro por medio de la gravedad, este cae hacia él siguiendo caminos que llamamos elipses. Las elipses son círculos achatados. Un círculo es el perímetro de una moneda; una elipse es el perímetro de la sombra que esa moneda arroja sobre la mesa si la iluminas de costado.

El avance del pensamiento ha luchado siempre con algo mucho más poderoso que la ignorancia o la incapacidad. El pensamiento lucha contra un gigante llamado paradigma. Los paradigmas son estructuras mentales que nos condicionan al pensar. Muy pocos David hubo en la ciencia que hayan podido derrotar a ese Goliat. En la antigüedad se pensaba que las órbitas planetarias debían ser circulares, y esto demoró mil años la verdad. Al fin llegó Kepler, con su honda de cálculos, y probó que las órbitas no eran circulares: eran elípticas.

Las elipses permiten que, si puedes observar el paso de un cometa por tres puntos del cielo, entonces puedes calcular todos los puntos restantes, todos los sitios donde ese muchacho irá a estar en el futuro -o donde haya estado en el pasado. Es por esto que los astrónomos tienen la certeza de que la estrella de Belén fue un cometa: hay uno bien grande que pasó aproximadamente por nuestro cielo hace más o menos 2012 años.

Pronto volverá a pasar un cometa por los cielos de Chabás. Lo hará en marzo de 2013. Esta piedra de hielo y polvo viene en camino pues alumbrará la llegada de mi nieto. Mi hija mayor está encinta de su amor y su pancita, esa pancita que durante años acariciamos y cuidamos, hoy guarda el milagro de la vida. Es un varón. Un varoncito está en camino y un cometa precioso como pocos que se hayan visto en el pasado viene a su encuentro. Los sabihondos dicen que brillará en la noche con el poder de una Luna. Yo no pido tanto, no es necesario. Ya saben lo que pienso de los avaros que todo lo quieren para sí, y mucho me basta la felicidad de esa madre.



Volviendo a la vana ciencia, los cometas están catalogados como de corto y largo período, es decir, de corta o larga elipse. Los de corto período se repiten cada 50 o 100 años. Son cometas que habitaban una franja de escombros muy cercana a los lindes del sistema solar. Luego están los cometas de larga elipse. Estas cabelleras de luz pasan hoy y, cuando vuelvan… ninguno de nosotros estará aquí para verles. La astronomía, mucho más que las religiones, nos enseña a ser humildes.

Sabemos los astrónomos que solo somos un parpadeo en la nada, un soplo de dolor o alegría en la sinfonía tocada por los astros infinitos. Por eso, en estas fiestas, no se ignoren; busquen al amigo y al ser querido y compartan con él o envíenle un gesto de cariño. El parpadeo de cada estrella nos lo sugiere.